16 junio, 2009

Ajena represión



Señor, anoche soñé que un malvado demonio perseguía mi vida y la de mi amiga, que pareció ser mi conciencia protectora. Huíamos del demonio, entre callejones de una ciudad urbana, despoblado, carente de subsistencias. Los edificios cubiertos de finas capas de humedad, verdosas; campos abandonados y carreteras deshechas. En un momento críamos haber escapado de su vista, fue cuando llegamos a un campo de construcción, desusado. El cielo estaba gris, no sé si eran nubes o atmósfera restante de bombardeos. De pronto vi al demonio pegando a un hombre, no lo conocía, me acerqué, entonces pude ver que aquel que recibía latigazos era la persona a la que todavía no he olvidado, aún después de haber diluido ese angustioso amor por él.
Me acerqué más para recibir los golpes por él, pero la amenaza del arma me dio miedo y me retiré. ¿Fui cobarde?, ¿o hipócrita amorosa?
Dios mio. Pocas veces en mi vida he sentido ese dolor tan traumática. Veía cómo rozaba despiadado su piel el azote, mientras gritaba a no mas poder, ¡¡¡No!!! Mi cuerpo se encogía por los pinchazos que percibía en el corazón; tuve sensación de lágrimas invasoras por mi rostro, mas sólo recuerdo gesto liso de suplicio y desesperación.
“No sé si las estrellas oyen o leen mis palabras, ni si la Luna te llevaría voces mías cuando desplace hacias tus tierras la próxima noche; pero renuncio, ser vampírico, mi pasado rencor hacia ti. Debo reconocer, Luzazul, que cada vez que pienso en ti, la nostalgia es más profunda aunque más lejana y no me lo explico, ¿por qué?. Quizás sea como me respondiste, 'es el destino'.Quiero que sepas, nobleza de la luna, que en mi memoria, pervives."
Señor del cielo y angeles, conozco a ese demonio y eso me inquieta. He imaginado varias veces la escena y me han humedecido las pupilas, ¿Es extraño?
“¿Fue un sueño? Gracias por tu amor incondicional”