07 agosto, 2010

Nieve


Hacía tiempo que no te amaba
que no te palpaba, ni te besaba.
Cada noche desde mis ventanas
comtemplo tu cuerpo acostado,
tu blanca piel de tan delicada textura
que con una tibia caricia
se hace agua helada.

Me muero por verte cada día,
pero sólo puedo esperar hasta anochecer
para verte de nuevo a través de la ventana
de mis ojos, en mis sueños.

Aún recuerdo cómo me enamoraste,
cómo me abrazaste y cómo me invadiste,
como mis lágrimas hacen cada mañana
al despedirme del seuño y perderte de vista.