18 noviembre, 2010

El amanecer tras besar el demonio



No te veo
cuando queman mis párpados
la primera alba dorada.
Otra vez (y de nuevo),
el flash del sol revela mi suave cadáver
acurrucado en el lecho de seda
sola, abrazada por la sábana.

Mi cabello oscuro y rojizo
esconde su pálidos rostro.
Miradas,mezcladas con la atmósfera
de lavanda, como mi vestido que apenas cubre.

Cierro los ojos...los aprieto,
rondan lágrimas por mi mejilla.
Muerdo los labios,
sangran...me escuecen...

3 comentarios:

jaime dijo...

No hay nada más hermoso un labio partido...

jaime dijo...

No hay nada más hermoso que un labio partido

jaime dijo...

No hay nada nada más hermoso...