13 marzo, 2010

El comienzo de un día

Cinco de la madrugada
Hora de despedirse del infierno,
en breves se hará de día.
Veo aún plena oscuridad
y la brisa susurra a los árboles.
La lechuza canta nanas
mientras sus pequeños cuentan ovejas
“cinco, noventa, mil cien…”

Seis de la mañana.
Los árboles estiran sus brazos,
saluda la brisa matinal.
La lechuza quedó dormida, pero
los pequeños siguen contando,
“dos mil…tres mil…”

Siete y media,
Voces en la casa
grito de mamá.
¡despierta, que llegas tarde”
Cinco minutos más
Llegaré tarde

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