27 marzo, 2010

Incondicional


Hay desengaños en el amor
y quizás
amistades por mero interés,
pero jamás unas cuerdas traicionarían.

Solamente lloran con sus arcos,
sufren por ti.
Perciben tu furia
comprenden tu alma.

Siente
La melodía fluyendo por tus venas,
cada respiración, una armonía;
un latido, una nota.

Picotéala con tu espina,
y aún te cantará sin rencor.
Verás, cuando decaigas,
púrpura rosa,
ante tu tumba
morirá por ti,
dedicándote con su restante cuerda
el requiem más bello existido.

2 comentarios:

jaime dijo...

Después de leer tu poema me acuerdo de aquel dicho: cuanto más conozco a las personas más amo a los animales...que en este caso sería: cuanto más conozco a las personas más amo a las cuerdas...

José Manuel Román dijo...

Tu escritura tiene algo especial, me gusta.
Un saludo!

José Manuel Román